trisquel_astur
Literotica Guru
- Joined
- Aug 26, 2005
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- 2,939
- Hola, muchachos. Veo que ya conoceis a la nueva arquitecta, Gabriela.
- Hola, Angel, si es que ella nos pidió ayuda y estooo yo, pues...
- Tranqui, muchachos, me parece bien, siempre y cuando no descuides vuestros proyectos.
- Desde luego que no Angel.
- Nos vamos a comer, hasta mañana chicos.
- Hasta mañana.
- Tráete la laptop, Gabriela.
Una vez en el ascensor, Angel sonrió y le dijo a Gaby:
-Veo que eres una lianta de cuidado, eh? No veas el revuelo que causaste entre esos jovencitos. Y me se de un par de dos que se van a tener que quedar hasta tarde por el atracón visual que se han dado.
Galantemente, Angel le abrió la puerta de su Subaru Tribeca a Gaby, que aprovechó para exhibir sus piernas... y mucho más arriba.
-¡Zorra! - dijo Angel riéndose con ganas - Eso una señorita no lo hace, me gusta que seas tan exhibicionista, pero solo cuando yo te lo pida. Es más, vas a intentar parecer una chica de lo más recatada... incluso cuando lleves ese tipo de ropa.
Gaby sonrió, pero no le contestó.
El tráfico era fluido y en cuestión de pocos minutos ya estaban en el restaurante. Angel le dió las llaves al aparca-coches y entraron.
- Konichi wa, Angueru-san. Bienvenido a mi casa. Su reservado está listo.
- Konichi wa, Yoshi-san. Domo arigato.
Se descalzaron, dejando los zapatos en un armarito de la pared, subieron unos escalones y tras pasar las típicas puertas de papel japonesas se encontraron en un coqueto reservado con el suelo cubierto de tatamis y una mesita baja lacada.
- ¿Lo de siempre, Angueru-san?
- Si, Yoshi-san, gracias. ¿Quieres beber algo, Gaby?
- Hola, Angel, si es que ella nos pidió ayuda y estooo yo, pues...
- Tranqui, muchachos, me parece bien, siempre y cuando no descuides vuestros proyectos.
- Desde luego que no Angel.
- Nos vamos a comer, hasta mañana chicos.
- Hasta mañana.
- Tráete la laptop, Gabriela.
Una vez en el ascensor, Angel sonrió y le dijo a Gaby:
-Veo que eres una lianta de cuidado, eh? No veas el revuelo que causaste entre esos jovencitos. Y me se de un par de dos que se van a tener que quedar hasta tarde por el atracón visual que se han dado.
Galantemente, Angel le abrió la puerta de su Subaru Tribeca a Gaby, que aprovechó para exhibir sus piernas... y mucho más arriba.
-¡Zorra! - dijo Angel riéndose con ganas - Eso una señorita no lo hace, me gusta que seas tan exhibicionista, pero solo cuando yo te lo pida. Es más, vas a intentar parecer una chica de lo más recatada... incluso cuando lleves ese tipo de ropa.
Gaby sonrió, pero no le contestó.
El tráfico era fluido y en cuestión de pocos minutos ya estaban en el restaurante. Angel le dió las llaves al aparca-coches y entraron.
- Konichi wa, Angueru-san. Bienvenido a mi casa. Su reservado está listo.
- Konichi wa, Yoshi-san. Domo arigato.
Se descalzaron, dejando los zapatos en un armarito de la pared, subieron unos escalones y tras pasar las típicas puertas de papel japonesas se encontraron en un coqueto reservado con el suelo cubierto de tatamis y una mesita baja lacada.
- ¿Lo de siempre, Angueru-san?
- Si, Yoshi-san, gracias. ¿Quieres beber algo, Gaby?
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